El camino hacia el envase del futuro

Hasta hace no mucho, las botellas de plástico no se podían estrujar para que ocupasen menos en el cubo de basura. Las compañías lo solucionaron disminuyendo su grosor y trazando unas guías de doblado en su diseño. Con esta pequeña innovación, las botellas se pliegan hoy con facilidad. Así caben más unidades usadas en el mismo cubo, se reduce el uso de bolsas de basura y se optimizan los viajes de los camiones de recogida. Pero aún queda mucho margen para refinar un envase y disminuir su impacto ambiental. Y es que para Coca-Cola los envases representan el 40% de su huella de carbono de la cadena de valor. Como su objetivo es ser neutros en emisiones en 2040 en Europa, Coca-Cola trabaja en la mejora de la sostenibilidad de sus envases y avanza para lograr la botella del futuro.

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